A principios de siglo, arribó a Buenos Aires una tradicional familia de inmigrantes italianos, con sus baúles llenos de recuerdos de su tierra natal, unas pocas pertenencias y muchas ilusiones.
Se instalaron muy cerca del puerto, en Barracas, barrio tradicional, de gente de trabajo, industrias y fábricas; allí en su corazón en las cinco esquinas frente a la vieja estación. Construyeron un gran almacén de ramos generales, que con el tiempo fue uno de los más grandes y prestigiosos. Lo llamaron “Almacenes Brenta y Roncoroni”.
La arquitectura tradicional, a cargo de uno de sus fundadores, contempla techos abovedados, columnas de hierro, pisos adoquinados en quebracho colorado, tres niveles, y detalles de gran solidez en cuanto a su estructura.
Respetando la visión de quienes lo crearon, inspirado por el lugar, e interpretando tal vez esos mismos sueños, Fernando Soler lo recicla íntegramente conservando intacta la estructura.
A su ingreso se percibe la elegancia y el buen gusto de su refinada decoración, recreando la esencia de aquellos lugares donde comenzó a brillar el tango en todo su esplendor, y así es como aquel almacén de ramos generales es hoy un magnifico teatro al que muchos han bautizado como “La Catedral del Tango”.
En este mismo lugar se instala “Señor Tango”, la mayor casa de espectáculos de Buenos Aires, donde el tango es el protagonista indiscutido.
Fuente: Página oficial- Señor Tango
A su ingreso se percibe la elegancia y el buen gusto de su refinada decoración, recreando la esencia de aquellos lugares donde comenzó a brillar el tango en todo su esplendor, y así es como aquel almacén de ramos generales es hoy un magnifico teatro al que muchos han bautizado como “La Catedral del Tango”.
En este mismo lugar se instala “Señor Tango”, la mayor casa de espectáculos de Buenos Aires, donde el tango es el protagonista indiscutido.
Fuente: Página oficial- Señor Tango
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